miércoles, 11 de diciembre de 2013

Arte Japonés. Reseña sobre "El control de la estampa erótica japonesa shunga" de Amaury García Rodríguez.




Acaba de aparecer en la  revista "Anales Instituto de Investigac​iones Estéticas",de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una reseña mía sobre "El control de la estampa erótica japonesa shunga", el reciente libro del investigador Amaury García Rodríguez, anteriormente presentado en este blog.

En función de ubicar la importancia de libro de Amaury dentro del devenir de los estudios de Japón, he bosquejado en esta reseña algunos temas poco conocidos dentro del ámbito de los estudios de arte en Iberoamérica: la "construcción" del "arte japonés" a partir de 1868, los estereotipos críticos que le han sido consustanciales, y las perspectivas de estudios más recientes. Quisiera, por tanto, recomedarla  no sólo a los estudiosos sobre cultura japonesa sino también a todos aquellos interesados en los estudios de arte en general. 

No hay que olvidar que no pocos imaginarios sobre el arte y la cultura japonesa establecidos a finales del siglo XIX, o en la primera mitad del siglo XX, siguien siendo recurrentes no sólo en la vida cotidiana, sino también en ciertos ámbitos académicos hispanoamericanos (sin duda, de prestigio), pero para los cuales los estudios sobre culturas no occidentales y su especialización, resultan, en el mejor de los casos, "raros". Un asunto donde el uso de términos como multiculturalidad, diversidad, colonialismo u orientalismo, devenidos moneda corriente en los discursos políticamente correctos, no les alcanza para salir del paso. 

Copio únicamente el primer párrafo con dos notas al pie. El texto completo aparece en el link a la reseña en "Anales Instituto de Investigac​iones Estéticas" (Vol. XXXV, No. 103, año 2013)  donde puede descargarse en PDF o verse a pantalla completa:

El control de la estampa erótica japonesa shungaAmaury A. García Rodríguez. México: El Colegio de México-Centro de Estudios de Asia y África, 2011. 

Por Emilio García Montiel 

No sería sino a partir de la reciente década de 1990 cuando las investigaciones (occidentales o japonesas) sobre imagen, arte e historia del arte en Japón (1) comenzarían a ser enfocadas desde perspectivas interdisciplinarias o desde los presupuestos de los estudios de cultura visual y cultura material. La mayor resultante de estos cambios quedaría evidenciada en la paulatina desarticulación de las convenciones temáticas y metodológicas que, aplicadas a la historia del arte japonés desde el proceso de modernización de Japón, en la segunda mitad del siglo XIX, aun resultaban dominantes en la década de 1980. Si bien el devenir de la selección, jerarquización y apreciación del arte japonés no hubo de comportarse de modo homogéneo entre Japón y Occidente, la generalidad de tales convenciones puede ser aproximada si se tiene en cuenta, ante todo, que la noción de arte japonés parte de la asociación de un concepto (el de arte) inexistente en Japón hasta el periodo Meiji (1868-1911) con el de Japón en tanto país emergente entre las naciones modernas (2): así, el uso de la terminología asociada (arcaico, clásico, medieval o renacentista) para caracterizar etapas y obras; la clasificación de éstas últimas en manifestaciones “mayores” (pintura, escultura y arquitectura), y “menores” (cerámica, textiles, lacas, metalistería y otras, indistintamente englobadas como artesanía, artes decorativas, artes aplicadas o artes industriales); la distinción de periodos artísticos según periodos históricos y su identificación en función de manifestaciones, artistas, escuelas y obras maestras “representativas”; la composición de relatos sobre creaciones sin parangón inmediato con producciones estéticas occidentales a partir de su unidad temática, técnica o expresiva; la consideración, explícita o implícita, de un continuum estético asumido como “arte oriental” y “cultura oriental” (antagónico al “espíritu” de Occidente) y, a tenor de ello, la necesidad de identificar una esencia estética japonesa. 

(1)   “En Japón” y no “de Japón”, asumiendo como lo hace Craig Clunas para su Art in China (Oxford University Press, Oxford/ New York, 1997), que lo que se ha considerado “arte” es lo que se ha querido deslindar como tal a partir de las perspectivas eurocentristas. Aunque referido únicamente a China, el texto de Clunas es también pionero en el cuestionamiento de estos temas para el este de Asia

(2) El actual término japonés para artes visuales (bijutsu) fue acuñado en 1872; le sucederían un sinnúmero de neologismos (o bien de nuevas acepciones) para otros tantos conceptos importados: bijutsukan (museo de artes), bijustsushi (historia del arte), bigaku (estética), kaiga (pintura), chōkuku (escultura), dentō (tradición) o yōshiki (estilo). No ha de colegirse, sin embargo, que los significados asignados se correspondieran exactamente con sus significados occidentales o, aún, que cada término tuviera una acepción única o definitiva. La dificultad del estudio del arte y la imagen en Japón (y de la modernidad y contemporaneidad japonesas en general) implica, ante todo, la complejidad y ambigüedad en el proceso de traducción, asimilación y uso de los referentes occidentales, y el modo de asociar o deslindar éstos de conceptos tradicionales: así como en los abundantes neologismos de las teorías estéticas y culturales japonesas, y para las creaciones, clasificaciones y administración de su cultura visual y material. Asimismo, el tema del arte en la modernidad japonesa ha de entenderse dentro de las condicionantes del proceso de construcción de una nación en el propósito no sólo de insertarse en el mundo moderno, sino de equipararse y competir con las potencias occidentales. El más completo análisis de los itinerarios de este proceso y de la formación de la Historia del Arte en Japón es el texto de Dōshin Satō. Modern Japanese Art and the Meiji State. The Politics of Beauty, Getty Research Institute, Los Angeles, 2011 (publicado inicialmente en japonés en 1999). Para traducciones de textos de estética japoneses y análisis de los mismos, véase, de Michel F. Marra, A History of Modern Japanese Aesthetics, University of Hawai’i Press, U.S.A, 2001, y Essays on Japan. Between Aesthetics and Literature, Koninklijke Brill NV, Leiden, 2010.  También los más recientes artículos especializados en la traducción de conceptos: Working Words. New Approaches to Japanese Studies, del Center for Japanese Studies, UC Berkeley, publicados online en: http://escholarship.org/uc/search?entity=cjs_workingwords. 





viernes, 29 de marzo de 2013

"Cuban love song" (Edogawa Ranko) y "El Manisero" (Lawrence Tibbett)


He aquí una temprana versión japonesa de la popular canción norteamericana "Cuban Love Song" (kyūba no koiuta) grabada entre 1932 y 1934 por la actriz y cantante Edogawa Ranko para la marca discográfica Taiyo. La etiqueta del disco (entre otras informaciones como el nombre del traductor, Kitamura Suetochi, y del arreglista Yamada Michio) muestra varias anotaciones interesantes. La primera es la de "canción popular" (ryūkōka), término que no alude a la popularidad de la pieza, sino a la clasificación dada a las composiciones influenciadas por la música occidental (incluido el llamado "enka moderno"), básicamente desde la segunda mitad de la década de 1920 y hasta la primera de 1960, época en que ya comenzaría a ponerse de moda la denominada "canción lírica" (kayōkyoku)estimada como génesis del actual "pop japonés" (J-pop).Como muchos otros términos popularizados (o acuñados) durante los años veinte, "canción popular" implicó, más que una clasificación musical, el ambiente de internacionalización y de relativa liberalidad cultural de la época de preguerra. (En consonancia con ello, también ha de notarse, tal como sucede en esta versión de "Cuban Love Song,  que la inclusión de palabras o frases en inglés en una pieza cantada en japonés -lo que puede asombrar a oyentes no familiarizados- no es únicamente un fenómeno contemporáneo).

La segunda anotación, no menos ilustrativa de la vertiginosa transformación de la cultura material, de difusión y comercialización de la época, señala que la placa ha sido grabada por método eléctrico. Por otra parte, la orquesta aparece acreditada bajo el nombre de "Ōkesutora Arameda" [Orquesta Alameda], lo cual, dado el mencionado ambiente, no implica en modo alguno que no fuera una orquesta japonesa, pero -y toda vez que la composición es norteamericana y remite a Cuba- el sólo nombre de "Alameda" deja la duda con respecto a su formación o a la posibilidad de participación de músicos no japoneses.

"Cuba Love Song" pertenece a la banda sonora de la cinta "The Cuban Love Song",dirigida en 1931 por el famoso W. S. Van Dyke (Tarzan the ape man) y protagonizada por el barítono Lawrence Tibbett y la actriz mexicana Lupe Vélez. La pieza fue compuesta por Herbert Stothart, Jimmy McHugh y Dorothy Fields y la orquesta del filme aparece acreditada como Ernesto Lecuona y Orquesta Cubana de los Hermanos Palau. (IMDb). Al parecer, "The Cuban Love Song" tiene el privilegio de ser la primera grabación filmica donde se interpreta "El Manisero", la popular pieza del compositor cubano Moisés Simons (cuyas versiones japonesas ya tratamos en <"El manisero" en japonés> y <"El manisero" en japonés (reforzado)>). De los videos que siguen, el primero es el audio del disco original de Edogawa Ranko, el segundo "Cuban Love Song" interpetada por Tibbett, y el último, la -hoy curiosa- escena del filme en que Vélez enseña a Tibbet a interpretar el "El Manisero".

La foto que encabeza el post (Edogawa Ranko junto al compositor Yoneyama Masao) es de 1935 y ha sido tomada de la página La época del compositor Yoneyama Masao.

sábado, 5 de enero de 2013

La única mujer en la habitación. Beate Sirota Gordon, los derechos de la mujer y la Constitución de Japón

Hace apenas una semana, el 30 de diciembre de 2012, falleció Beate Sirota Gordon. Especialista en artes escénicas, Beate fue la encargada de redactar el sensible artículo sobre la igualdad de derechos para ambos sexos (Artículo 24) en el borrador de la Constitución de Japón, elaborado en Tokio durante los primeros meses de 1946 por el gobierno de ocupación del general Mac Arthur. Hija del pianista Leo Sirota, profesor de música de la actual Universidad de Artes de Tokio desde 1929, Beate vivió su infancia en Japón; su dominio del japonés le permitió, igualmente, fungir de traductora simultánea durante la intensa discusión del borrador con las autoridades japonesas. Beate, a quien también se presenta como la primera mujer civil que arribó a Japón después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, fue la única mujer en este proceso (the only woman in the room)tenía entonces apenas 22 años. Su testimonio, tanto sobre su partipación en la elaboración del borrador de la constitución, como sobre la cultura japonesa de la época, es sencillamente fascinante y ha quedado registrado en esta deliciosa intervención suya en el Middlebury College.

martes, 1 de enero de 2013

Toshikoshi soba y feliz 2013

Comer toshikoshi soba ("soba de fin de año", o, más literalmente, "soba de paso de año" o de "entrada de año") es una tradición japonesa el 31 de diciembre. El término no supone un modo único de preparar soba (fideos de harina de alforfón), sino más bien el comerla (en cualquiera de sus presentaciones) como última comida del año. Según es generalizado admitir, existe la creencia de que comer fideos largos resulta propicio para una larga vida. Por otra parte, y tal como puede apreciarse en el video al final del post (muy similar a la experiencia que tuve de ello en Japón) poco hay de ceremonioso en el espacio en que cotidianamente se sirve el toshikoshi soba, o en el modo de comerlo, salvo por el  hecho de que se degusta en familia en espera de asistir a los toques de campana del templo o a los ritos del santuario.

El plato que aparece en la foto es el toshikoshi soba que preparamos ayer en casa y cuya receta pueden consultar en el blog La cocina de Vero