
Probablemente, el término claria, con el que se denomina en Cuba a la variedad de pez-gato conocida también como walking catfish y cuya cría apenas ha comenzado en la isla, provenga de su nombre científico Clarias batrachus. No es de extrañar que la exótica apariencia de este pez dentro la piscicultura cubana, aunada tanto a condiciones anómalas en su cría como a la evidente ausencia de información sobre la especie, le hayan granjeado notoria repulsión, incluso con respecto a su consumo. Sobre todo, si consideramos que en Cuba la "buena voluntad" gubernamental, el autoritarismo, y la ineficiencia no son más que sinónimos, y que la variedad de pez-gato introducida, con independencia de ser perfectamente comestible, tiene realmente carácter invasivo y predador. (En la nota de este último enlace su nombre científico aparece anotado como Clarias gariepinus)
En Japón, por el contrario, ni el pez-gato ni su imagen (a salvo de la variedad) son para nada ajenos: legendariamente, la causa de los terremotos se asociaba con los bruscos movimientos de un pez gato gigante (namazu) que, a pesar de ello, también podía llegar a ser benefactor de los necesitados. No he explorado a fondo el tema, pero doy en pensar que tal vez no exista otro país con tanta gráfica protagonzada por un pez-gato, etiquetada, literalmente, como namazu-e dentro de las muy detalladas clasificaciones del ukiyo-e.
Lo que probablemente pocos japoneses, y aún menos cubanos, conozcan, es que en 1987 el entonces presidente de Estados Unidos de America, Ronald Reagan, declaró el 25 de junio como el Día Nacional del Pez-Gato en reconocimiento al valor y a la tradición del cultivo de la especie en el país. Algo que, para el caso cubano, podría constituirse en el "Día Nacional de la Claria", si es que al gobierno de la isla, que tantas fechas de tan escaso valor proteínico celebra, se le ocurriera considerar algo parecido. En la declaración se elogia al pez-gato como de gusto delicado y fuente de proteínas bajas en calorías y en colesterol y se llama al pueblo de los Estados Unidos a la observancia de este día con ceremonias y actividades apropiadas. En realidad, no imagino cuáles puedan ser éstas, si es que en verdad se celebran, pero, de seguro, la degustación del pez-gato estará entre ellas, aunque, de acuerdo con algunas leyes del Estado de la Florida probablemente entre las variedades no se encuentre la claria.
*El título del post es, por supuesto, una broma a partir del National Catfish Day en los Estados Unidos de América. La imagen que lo encabeza está tomada de la página de la Séptima Asamblea de la Comisón Sismológica de Asia y Sociedad Sismológica de Japón. La nota que le acompaña aclara que después del terremoto de 1885, en Tokio, numerosas estampas de terremotos y peces-gatos estuvieron circulando, y que en este grabado, que pertenece a los archivos del Instituto de Investigación de Terremotos de la Universidad de Tokio, puede verse a Kashima, Dios de los Terremotos, presionando un gran pez-gato con una piedra, mientras que peces-gatos más pequeños que causan terremotos piden disculpas a la deidad. Una estampa que, según advierte el texto, circulaba como amuleto para aquellos que temían de los terremotos.